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Jazz j ñ i

En cien años de historia llegó hasta aquí. Supo sobrevivir a pesar de tanto, y se desarrolló a formas inimaginables.

Frases como “Hay que amar para tocar”, “Sólo consiste en continuar la tradición”, “Toca, a ver qué dice tu corazón hoy” o “¡Toca y no la estudies tanto!”, bueno y “El que toca toca”, vienen a mi mente al recordar mis insistentes intentos por introducirme ahí, en eso que era distinto y que era especial sobre todos los estilos. Recién me daba cuenta de lo amplio y complejo que era el asunto que quería conocer y estudiar.
Recién hoy, después de tanto escucharla, admirarla y sentirla siento que me está integrando y aceptando como adepto.
Alguno podría decir “Me eligió” o “Por casualidad me topé con ella”, porque al fin de cuentas el Jazz es eso realmente, una necesidad de sentir la música de una manera distinta, no por capacidad, está claro, si no por una necesidad.

La capacidad de contar historias, sucesos o de recordar momentos que tal vez no viví directamente pero sé que sucedieron, o el de una comunicación abierta de mi hacia el que me escucha, sea músico o no, me atrae completamente y me llama a tocar más y más.
Camino largo es el de la interpretación y una improvisación fluida que comunique más que notas. No todo solo es una improvisación. Necesito más sensibilidad.
Así es. En esa estoy. Bueno y qué más interesante que entregar vida por medio del Jazz,que es mi propósito.

Esteban